El CRX-10iA está altamente protegido contra el polvo o fugas de aceite, habituales en los entorno industriales, y cumple las normas de seguridad ISO 10218-1. Gracias a su peso muy reducido, el CRX se puede instalar fácilmente en una amplia gama de aplicaciones, como vehículos de guiado automático (AGV, por sus siglas en inglés).